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Impulsando la sostenibilidad en la tercera edición del reto App DoGood People para Esade Alumni

Esade Alumni sigue apostando por la participación de sus antiguos alumnos en la construcción de un futuro mejor. Esta vez, a través de una aplicación en línea
App DoGood

App DoGood People para Esade Alumni es una aplicación en línea que facilita y propone retos de sostenibilidad e impacto social, totalmente documentados, que pueden practicarse en nuestro día a día.

En un mundo donde los desafíos globales, como el cambio climático, las desigualdades o la gestión de residuos, exigen una transformación radical en nuestros estilos de vida, DoGood People se erige como un faro de esperanza. Su misión es clara: cultivar nuevas competencias, actitudes y comportamientos que impulsen la construcción de sociedades más sostenibles, fomentando hábitos responsables desde la educación primaria hasta la universidad.

 

Un programa transformador con resultados impactantes

En 2024, el programa App DoGood People para la comunidad Esade Alumni ha celebrado su tercera edición. Esta vez, los retos sostenibles completados han aumentado en un 8% respecto a la edición anterior, lo que refleja un mayor compromiso de los usuarios activos.

Los 361 retos sostenibles completados en 25 días se han traducido en una reducción significativa del impacto ambiental negativo que generamos:

 

App Do Good

En total, se han impactado 14 ODS, con un enfoque especial en el ODS 13 Acción por el Clima (91 acciones), el ODS 12 Producción y consumo responsables (202 acciones) y el ODS 11 Ciudades y comunidades sostenibles (73 acciones).

Son motivos suficientes para la satisfacción de los participantes y, por supuesto, para Esade Alumni. Los participantes nos contaron que consideran que la iniciativa ha tenido un impacto positivo en sus vidas y en su visión sobre qué podemos hacer cada uno de nosotros a título individual por contribuir a un mundo mejor.

 

Os compartimos a continuación algunos testimonios de alumni que se han unido a este juego online hacia la transformación:

Ana Álvarez (DAF 99)

Ana Alvarez“Los recursos más útiles para completar los retos planteados han sido los de nuestras acciones cotidianas, pensados bajo perspectiva sostenible. Es un ejercicio de creatividad.

El mayor desafío fue dar seguimiento cada día y encontrar ejemplos de todos los retos en la vida diaria. Es una manera de salir de la zona de confort y buscar otras acciones, muchas veces imaginativas, que podemos hacer en nuestra vida diaria y sobre las que no habíamos pensado en clave sostenible. Tras completar la experiencia, he incorporado a mi vida diaria algunos hábitos de transporte público, así como compartir actividades de alquiler, gestión de compra comunitaria y opciones de segunda mano (dando otra vida a los productos)”.

 

 

Antoni Gumbau (EMF 25)

Antoni Guimbau“La aplicación es muy intuitiva y lo pone fácil. En gran medida, los retos ya eran rutinas que tenía adquiridas, pero el mayor desafío fue la constancia de seguirlos cada día. Son fechas en las que uno tiene muchas cosas en la cabeza: el cierre de año en el trabajo, los regalos… Pero siempre esperaba con ganas ver qué nuevos retos se abrían cada día.

Como tuve una ayudante para los retos, mi hija, creo que lo mejor ha sido hacerla partícipe de todo ellos. Ha aprendido cosas y ahora está más atenta y no deja la luz encendida tan alegremente como antaño…”.

 

Mansi Nainwal (MBA 23) 

Mansi Nawal“Toda la experiencia ha sido verdaderamente reveladora e impactante para mí. Ha influido en mi estilo de vida, llevándome a realizar cambios significativos por los que estoy agradecido.

En primer lugar, he dejado de usar botellas y recipientes de plástico, optando por alternativas más sostenibles hechas con materiales como cobre, acero y bambú. Además, no he tomado un taxi desde que empecé a usar la aplicación. Ahora, camino o utilizo el transporte público, lo que no solo reduce mi huella de carbono, sino que también me mantiene activa.

También he hecho la transición hacia una alimentación más basada en plantas, que planifico cuidadosamente para minimizar el desperdicio de alimentos.

Incluso viviendo en Múnich, una ciudad conocida por su clima frío, he hecho un esfuerzo por evitar usar la calefacción. En su lugar, me abrigo con más ropa para mantenerme caliente, lo que ha sido un cambio pequeño pero impactante en la reducción del consumo de energía”.